domingo, 25 de enero de 2009

Nada más que un presente perfectamente imperfecto, un manojo de sueños sin cumplir, metas perdidas y un vacío imposible de llenar. Esa piedra que impide seguir, aceptar, asimilar la realidad y acostumbrar al corazón. Un día a día lleno de odio y dolor. Algo tan cotidiano y extraño a la vez. Esa serenidad tan asiada y lenta que lleva a la desesperación, un muro de recuerdos inquebrable que se niegan a abandonar, recuerdos hermosos que a veces sólo logran lastimar, ganas imparables de mantenerlos cautivos pero sin herir, para un fin lleno de satisfacción que logre algo tan deseado, recordar sin rencor. que una sóla imagen alimente al corazón y transmita paz. Un proposito sensiblemente inalcanzable pero una seguridad profunda de una derrota ganada, y un juramento de nunca perder de vista el camino ..

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